
Ubicada en el corazón de la ciudad de Guadalajara, El Palacio de las Vacas es una de las edificaciones más misteriosas y míticas de México, pues, las historias que rodean dicho lugar son realmente magnificas y a su vez terroríficas ya que los hechos de locura, violencia y brujería ocurridos en ese lugar marcaron un antes y un después en la historia del palacio.
Todo esto lo comprobé cuando la pisé por primera vez en 2015, iba en unas vacaciones de verano acompañado de mi familia y algunos amigos. Yo tenía la misión personal de reconstruir la extensa e interesante historia de la casona, esto debido al gran ímpetu que siento por saber más sobre las leyendas y mitos de mi país. Gracias a esto, me enteré que había recorridos nocturnos en la casona, así pues, convencí a algunos familiares de asistir a uno de estos recorridos.
Eran las dos de la mañana del día sábado, cuando llegamos al puno de reunión para dar inicio al recorrido, una vez que el grupo de personas deseosas de vivir una experiencia inolvidable se completó, uno de los dos guías dio la señal de inicio, lo que fue seguido de la acción del guía principal para abrir las puertas de entrada de la casona. Cuando di mi primer paso dentro de la casona sentí una sensación de angustia, como si de repente me encontrara solo y perdido en la inmensa oscuridad que imperaba en ese lugar. Los muebles, habitaciones y pilares deteriorados por el tiempo me genero un impacto visual fascinante, pues mientras más nos adentrábamos en la casona daba la sensación de que las paredes y muebles se regeneraban.
Al centro del jardín de la casona había una fuente con la estatuilla de un Ángel, que pese a ser un exponente de la cristiandad, bondad y pureza, parecía que con la oscuridad sufría, pero antes de que yo pudiera encontrar alguna explicación de la deformación de dicha estatua, escuche el grito de desesperación y sufrimiento proveniente de una mujer que formaba parte del grupo de recorrido, lo que provoco la rápida reacción de los guías, pues después de haber pegado tal grito, esta de desmayaría, lo provocó la suposición de que la habían espantado y por la intensidad de este susto provoco que esta se desmayara, esto ocurrió casi al final del recorrido por lo que uno de los guías procedió a seguir el protocolo de salida y rápidamente nos llevó al resto del grupo a la última habitación del lugar, donde un chamán llamado Valerio nos hizo una limpia con ciertos tipos de hiervas para despojar a todas las malas vibras y espíritus que se nos hayan anclado en el recorrido, antes de salir completamente de la casona, Valerio recito un poema de Náhuatl que según él era para aumentar las protecciones ya dadas. En cuanto a la mujer, no se nos mencionó que fue lo que le paso, si se trató de un simple desmayo o fue algo más grave como una posesión espiritual o algo por el estilo.
El recorrido finalizo a las cuatro de la mañana, termine fascinado por aquel lugar, que a día de hoy me sigue causando una profunda necesidad de desentrañar todos los secretos que ahí se resguardan.
Un recorrido por El Palacio de las Vacas
