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La reivindicación de Horizonte Final

CDMX 16/11/18
Peña Peña Alexis Neftalí

Los 90 fueron una buena época para la ciencia ficción, pues, con el fin del milenio acercándose, muchos directores y cineastas usaron ésta para explorar la naturaleza de la identidad y la realidad en sí misma con películas como Matrix, Doce monos o El cubo.

Pero no todo fue ciencia ficción densa, los 80 nos habían enseñado a disfrutar de historias que mezclaban dos o más géneros, como lo vimos con Los Hombres de negro  o Jurassic Park, que mezclaron elementos de película familiar con conceptos complejos y bien trabajados. Gracias a los avances en los efectos especiales los extraterrestres, las armas futuristas y cualquier criatura imposible que nos quisieran enseñar tenían el impacto visual necesario para ganarse el aplauso del público. 

 

En 1997 Paul W. S. Anderson, director especializado en llevar videojuegos a la pantalla grande con resultados entretenidos pero mediocres, decidió mezclar la ciencia ficción con el terror en una película que fracasaría estrepitosamente ante la crítica y el público. Sin embargo, también creó un gran impacto en una sección minoritaria del público, que, con los años se convertiría en un filme de culto. Así que, Horizonte Final era realmente una mala película  o es un título reivindicable para los amantes de la ciencia ficción en el terror.

 

Para mí esta es la mejor película de Anderson, en su momento se la acusó de ser un refrito de anteriores filmes de terror y ciencia ficción. Ciertamente se pueden apreciar algunas similitudes, la trama recuerda bastante al Resplandor, pues el protagonista cae en la locura debido a un entorno maligno, también evoca a la película Alien con los elementos estéticos que se utilizan. Sin embargo, aun tomando prestados ciertos conceptos de otras películas consigue crear un historia interesante con identidad propia y algo que se debe destacar sería la gran estética de la película a la hora de relacionar la tecnología del futuro con elementos religiosos.

 

Anderson mezcla el concepto de ciencia ficción con la religión, dándole un giro al concepto del infierno. Al final de los 90 hubo un resurgir de los temas religiosos y demoniacos en el cine de terror y esta es una de las pocas películas que explora ese tema de forma original aportando nuevas ideas y conceptos.

 

Temas como la muerte, las tragedias, la locura y el enfrentamiento con el pasado, forman parte de las herramientas de Anderson para crear un ambiente incomodo y molesto a lo largo de la película.

 

Horizonte Final es una película de culto muy reivindicable que destaca por partir de una premisa atrevida y original y por usar todos los recursos posibles para impactar a los espectadores, mezclando el terror psicológico y claustrofóbico con el gore más desagradable y explícito.

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